Al final de los días,
estarán tristes,
tristes porque sus avatares y sufrimientos,
no ayudaron a los venideros,
ellos que vivieron la pena del odio y de la muerte
Hermanos contra hermanos
vecinos contra vecinos.
Ellos que labraron el camino
para pisáramos con buenos zapatos,
hasta que sus huesos quebraron.
Y es en este momento que están solos
que sienten otra guerra,
y no contra un virus que la mayoría no teme,
sino que después de un recodo
de una vida por olvidar,
escuchan el odio otra vez llegar.